Con la edad, las mujeres suelen ser cada vez menos activas sexualmente y perder el interés en el sexo. Pero un estudio revela que existen muchas mujeres que siguen teniendo relaciones sexuales y que mantienen el deseo sexual más allá de los 60 años. Según los autores, la salud mental y física de las mujeres influye sobre la vida sexual más que la edad.
La sabiduría popular sostiene que la actividad y el interés sexual femeninos se van desvaneciendo con el paso de los años, pero estudios previos habían demostrado que algunas mujeres mantienen vidas sexualmente placenteras en la tercera edad, explicó en Journal of the American Geriatrics Society el equipo de Alison J. Huang, de la University of California en San Francisco.
Para investigar qué factores estarían asociados con esa continuidad del interés sexual, los autores les pidieron a 1.977 mujeres, de entre 45 y 80 años, de distintas etnias, responder cuestionarios sobre su salud física, mental y sexual. Más de dos tercios de ellas estaban casadas o convivían en pareja.
El 43 por ciento de las mujeres dijo que su deseo sexual había sido "moderado a muy alto" en los tres meses previos; el 60 por ciento mencionó alguna actividad sexual en ese período. El 25 por ciento de las mayores de 65 años dijo que había tenido un interés por lo menos moderado en el sexo durante los tres meses previos y casi el 37 por ciento había tenido relaciones sexuales. El 57 por ciento dijo que se sentía sexualmente satisfecha por lo menos moderadamente.
Los motivos que más citaron las mujeres para no tener actividad sexual fueron: falta de interés (el 39 por ciento), ausencia de pareja (el 36 por ciento), problemas físicos de su pareja (el 23 por ciento) y falta de interés sexual de su pareja (el 11 por ciento). El 9 por ciento de las mujeres atribuyó la falta de actividad sexual a sus propios problemas físicos.
Estar casada o convivir con una pareja triplicó la probabilidad de que las mujeres tuvieran relaciones sexuales por lo menos una vez por semana. Las posibilidades de tener sexo semanalmente aumentaron también con los resultados en un test de salud mental y física.
El equipo identificó algunas diferencias étnicas. Por ejemplo, las mujeres negras eran más propensas que las blancas a sentir un deseo moderado o intenso de tener relaciones todas las semanas, pero eran menos propensas a tenerlas, mientras que las latinas sexualmente activas eran más propensas que las blancas a sentirse por lo menos moderadamente satisfechas con la vida sexual.
Para el equipo, esas diferencias podrían tener varias causas, incluidos factores culturales. "Además, habría diferencias importantes en el interés de las mujeres de informar sobre la actividad sexual y los problemas en las distintas etnias", agregaron los autores. "Se necesitan más estudios para evaluar cómo esas diferencias pueden influir sobre los debates médicos asociados con la actividad sexual de las mujeres de distintos entornos", concluyó el equipo.
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